Pues sí,  los cerrajeros se vuelven locos y quieren cobrar en un servicio el sueldo del mes. ¡Vamos muy bien! así mala fama para todos. Mirando noticias sobre cerrajería me encontré con la siguiente; 664€ por abrir una puerta en Gijón. 

Como podrás imaginar este tipo de noticas y precios le hacen un flaco favor al gremio de los cerrajeros. Ya vimos la noticia de la empresa de cerrajería que cobro 1.000 y pico euros en navidad por realizar una apertura de puerta. La empresa citada es de Cartagena (Murcia) y a todos los cerrajeros de Murcia nos hace un flaco favor, pues en muchos casos nos meterán en el mismo saco. Si ya de por si, existe el mito de que los cerrajeros son caros, imagina con estas noticias.

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Según «La voz de Asturias» la noticia reza así;

«Apertura de puerta por bombín atascado. Apertura de urgencia. Se comprueba que todo funciona correctamente por dentro y por fuera. Se aconseja cambiar el bombín». Nada llamativo en este parte de un servicio de cerrajería realizado la semana pasada en un domicilio de Gijón salvo que la factura, como puede verse sobre estas líneas, alcanza la friolera de 664,29 euros y que además la urgencia de la intervención era poder auxiliar a la anciana que reside en esa vivienda.

 El desglose de la factura, entre otros conceptos, refleja 69 euros por servicio urgente, 45 euros por desplazamiento, 240 euros por mano de obra o 120 euros por el material empleado. La factura resultante son 549 euros que, más el 21% de IVA, son esos 664,29 euros. El servicio, que se realizó en horario laboral el pasado miércoles 27 de enero, se llevó a cabo en menos de una hora y, pese a lo abultado de su coste, el bombín quedó inutilizado con lo que, tras esta intervención de urgencia, todavía quedaba pendiente cambiarlo por uno nuevo.

 Se da la circunstancia de que el cerrajero fue requerido para poder abrir la puerta con el objetivo de auxiliar a una mujer mayor, de entre 87 y 90 años, que se había caído en el interior de su casa y que, a consecuencia de dicha caída, permanece hospitalizada.

Pues sí, los cerrajeros se vuelven locos y esta locura la pagamos todos.

 

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